“Valenciano, na. Variedad del catalán, que se usa en gran parte del antiguo reino de Valencia y se siente allà comúnmente como lengua propia” (RAE dixit). “Valenciano. Variedade do catalán falado na Comunidade Valenciana” (Real Academia Galega dixit). “Valencià . Dialecte occidental del català parlat al PaÃs Valencià ” (Institut d’Estudis Catalans dixit).
Estas definiciones no difieren mucho de la que ha publicado esta semana laAcadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) en su nuevo Diccionari Normatiu Valencià , en el que se puede leer que se trata de una lengua románica hablada en la comunidad Valenciana, asà como en Cataluña, Islas Baleares, etc., “lugares donde recibe el nombre de catalán”. Y, sin embargo, la versión de la AVL ha abierto una árida polémica en el gobierno de la comunidad, cuyo Estatuto de AutonomÃa señala que “la lengua propia de la Comunidad Valenciana es el valenciano”.
¿Es incompatible una cosa con la otra? Para la Generalitat, puede que sÃ. Antes de la publicación del diccionario, la consellera de Educación, MarÃa José Català , solicitó al Consell JurÃdic Consultiu un informe sobre la legalidad de la definición, y según informaba el diario Las Provincias, arrancó del presidente de la institución, Ramón Ferrer, el aplazamiento de su publicación. De poco sirvió. Tras un retraso de unos dÃas que la AVL atribuyó a “incidencias técnicas”, la institución colgó en su web la versión online del libro, que incluÃa el polémico término, amén de otros 93.000.
La cuestión que se esgrime es si la AVL tiene competencias para definir esta lengua (o variedad, o dialecto, según se escoja definición), puesto que, según el vicepresidente del Consell, José Ciscar, “hay una parte muy importante de la sociedad valenciana que no se siente representada [con la equiparación del valenciano al catalán]. Entendemos que existe una duda razonable sobre si la AVL está legalmente facultada para dar una definición de qué es la lengua valenciana”. La de fondo, la agitación de la bandera de la identidad por unos y otros, que ha tenido uno de sus temas señeros en el valenciano -ese instrumento “de unión y entendimiento, nunca de confrontación”, en palabras de Alberto Fabra-.
Mientras el portavoz del PP en las Cortes de la comunidad, Jorge Bellver, aseguraban estos dÃas que la AVL “no se creó para generar conflictos, enfrentar posiciones ni alimentar tesis catalanistas”, el vicepresidente de la Acadèmia, Josep Palomero, describÃa reacciones de ese tipo como “fuegos artificiales” de quienes demuestran “su propia ignorancia” y subrayaba que la AVL se creó para “poner paz en el falso conflicto lingüÃstico”.
Lo cierto es que la AVL no ha sembrado, precisamente, paz. Mientras la polémica crece, el presidente del Consell JurÃdic Consultiu, Vicente Garrido, ha señalado que, en su opinión, “el valenciano es lo que diga la AVL que es”. Y la AVL ya ha dictado sentencia, equiparándolo al catalán. Probablemente al Consell tampoco le gustarÃa ni la misma acepción de la RAE. Ni, por supuesto, la de otros diccionarios allende estas fronteras (y estas polémicas), como el prestigioso Collins anglosajón que, simplemente, ni siquiera recogen el término.
Publicado en El Confidencial, el 8 de febrero de 2014.
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